La propagación
se realiza por esquejes terminales que se obtiene de plantas madre
seleccionadas por su conformación a la progenie, capacidad de cosecha y vigor
mantenidas bajo condiciones de día largo para inhibir la formación de
botones finales. Los esquejes terminales de 8-10 cm de longitud pueden
colocarse directamente en el medio para enraizamiento o almacenarse a 0-3 ºC
durante unas seis semanas, en cajas de cartón forradas con polietileno para
evitar la deshidratación. Debe aplicarse un fungicida de amplio espectro para
prevenir el desarrollo de enfermedades tales como la botrytis, roya, etc.
También pueden
emplearse estaquillas obtenidas a partir de los brotes que se desarrollan en
la base de esquejes de tallo cuando alcanzan un tamaño adecuado. En este
caso, una vez recolectados los esquejes lo más adecuado es someterlos a un
tratamiento de agua caliente (48 ºC durante 6 minutos ó 43,5 ºC durante 20
minutos), ya que así se pueden controlar nemátodos, plagas y enfermedades.
Inmediatamente los esquejes se mojan con agua fría para obtener un rápido
enfriamiento. Se empaquetan apretadamente juntos con un film plástico y se
coloca serrín limpio o material similar entre los esquejes.
Los extremos
basales de esquejes y estaquillas se sumergen en ácido indolbutírico (IBA)
para intensificar el desarrollo de raíces. El enraizamiento normalmente se
lleva a cabo en n invernadero y, preferiblemente, en bandejas de propagación,
aunque muchos cultivadores utilizan bancos, que deben ser desinfectados, con
vapor o formol (preferiblemente con vapor), al terminar la temporada. El
sustrato debe ser poroso, pudiendo emplear perlita, vermiculita, arena o
mezclas de turba y arena, en relación 1:2, turba serrín y arena a partes
iguales, etc. Se pretende fomentar el desarrollo de raíces cortas, gruesas,
con el medio de crecimiento adherido cuando se levantan. A este sustrato puede
añadírsele un fertilizante de liberación controlada y calcio, ya que éste
es necesario para un buen enraizamiento. El contenido total de sales no afecta
al enraizamiento por debajo de 15 meq/litro, pero un alto porcentaje en sodio
(> 67 %) causará la raíz roja.
La temperatura
del invernadero deberá situarse entre 15 y 18 ºC y la del medio de
enraizamiento a 18-21 ºC. La nebulización es necesaria cuando el nivel de
luz y la temperatura del aire son elevados e incluso se puede recurrir al
sombreado.
El trasplante
puede llevarse a cabo a los 10-20 días, dependiendo de la variedad y de la
temporada. Para garantizar que las plantas estén turgentes y tengan una
reserva antes de arraigar, se aplicará un riego con fertilizantes complejos
en vísperas a la plantación.
La
longitud del día crítica para la iniciación floral es de 14,5 horas, basada
en las horas de crepúsculo civil que son una hora más largos que el período
de sol a sol. Por encima de este valor, las plantas quedan en estado
vegetativo, es decir, se inhibe la formación de yemas florales.
Cuando
se quieren obtener días largos, se aplicará iluminación a media
noche, de modo que ningún período nocturno sobrepase las seis horas.
Pueden
emplearse distintos tipos de lámparas, que proporcionan distintos espectros
luminosos, por lo que la intensidad luminosa requerida es variable:
Las lámparas de
mercurio a alta presión y las de sodio a baja presión, aunque suponen un
mayor coste de instalación, reducen los costes de funcionamiento, debido a
un menor consumo energético, e iluminan un amplia área. Se colocan a una
separación de 5 metros y a 3-4 metros por encima del ápice de la planta.
Con estas lámparas la intensidad de luz requerida es de unos 200 lux.
Las lámparas
incandescentes se colocan con reflectores en líneas por encima de la
planta. Se emplean con dos potencias diferentes: 100 Watios y 150 Watios,
siendo preferibles estas últimas, ya que así se reduce el número de
unidades a colocar, aumentando el espacio para los trabajadores entre el
suelo y las plantas. En este caso la intensidad luminosa requerida es de 110
lux.
Tabla
1. Distribución de lámparas incandescentes (Salinger, 1991).
Altura (m):
Potencia (W)
por encima de plantas
entre lámparas
100
1,3
1,8
150
1,7
3,1
Para
reducir el consumo energético con las lámparas incandescentes se puede
emplear la iluminación cíclica, haciendo funcionar las luces cada
media hora durante 15 minutos.
Cuando
sea necesario oscurecer las plantas artificialmente para inducir la
floración, puede emplearse film de plástico negro, tejido negro o,
preferiblemente, un material que sea reflectante en su cara exterior y oscuro
en el interior, que se colocará durante las horas de luz sobre las plantas,
utilizando una estructura adecuada para tal fin. Un calor excesivo (más de 30
ºC) puede causar un retraso de inicio floral durante los primeros días
cortos inductivos. Esta técnica se conoce como apagón,
manteniéndose una oscuridad completa durante 12 horas.
Cuando
se cultivan crisantemos en el mismo lugar de forma consecutiva debe recurrirse
a la desinfección del suelo, ya sea por vapor, o con un tratamiento químico
consistente en la aplicación de un fumigante que controle la mayoría de los
patógenos del suelo o a patógenos específicos, tales como Verticillum
albo-atrum.
Antes
de la desinfección, se retira el rastrojo del cultivo anterior o se muele
finamente y se incorpora al suelo con una cultivadora rotatoria.
Las plantas
madre se mantienen bajo condiciones de día largo y con fertilización a
través del riego con objeto de favorecer un crecimiento vegetativo rápido y
se suelen colocarse a un marco de 10 x 13 ó 13 x 13 cm. Tan pronto como se recuperen, se les da un pinzado suave para promover un
desarrollo rápido de los tallos, ya que un despuntado fuerte dejaría muy
pocos nudos y permitiría que la porción inferior del tallo se volviese
semileñosa antes de tomar los esquejes. Cuando esto último ocurre las yemas
axilares de las hojas no crecen tan rápidamente como cuando se trata de
tallos suculentos.
Para mantener la
planta madre en estado juvenil deben cortarse los esquejes con la mayor
frecuencia posible, ya que en tallos con un crecimiento activo es menos
probable que se formen las yemas florales prematuras. Además, en las primeras
etapas hay poca competencia por la luz entre tallos, por lo que las plantas
madre producen ciclos de producción de rebrotes. Posteriormente, entre la
décima y décimo-quinta semana de la plantación, las plantas se vuelven tan
densas que la disponibilidad de esquejes lo suficientemente grandes se vuelve
irregular y se localiza en la periferia.
Si quedan
demasiadas hojas tras cada cosecha de esquejes, la planta madre se vuelve
demasiado grande, de forma que la competencia por la luz se convierte en un
serio problema. El corte de tallos para esquejes, proporciona más luz al
centro y elimina la competencia entre tallos.
Las plantas
madre se mantiene de 13 a 21 semanas para la producción de esquejes, ya que,
superado este período, se favorece la formación prematura de yemas de los
esquejes cortados para producción, incluso bajo condiciones de día largo.
La iluminación
complementaria para la inhibición de la iniciación floral es más crítica
para las plantas madre que para la producción de plantas para flor. Una
intensidad mínima de iluminación de 110 lux de lámparas incandescentes
durante 4-5 horas en medio de la noche durante el invierno y 2 horas durante
el verano, es la necesaria incluso para los cultivares más insensibles a la
luz complementaria No existe información suficiente sobre el uso de luz
fluorescente y de lámparas de sodio de baja presión para las plantas madre.