6.
ACEITE Y SALUD
6.1.
ACEITE Y COLESTEROL
El aceite de oliva virgen extra es uno de
los principales factores de prevención de las enfermedades del aparato
circulatorio (corazón, arterias, etc.), ya que al ser un aceite insaturado
aporta el colesterol bueno (HDL) y, por consiguiente, ayuda a regular el nivel
de colesterol de la sangre.
6.2.
ACEITE Y ENVEJECIMIENTO
El aceite de oliva virgen extra contiene
vitamina E, que es la que aporta al aceite la propiedad de conservante; y al
ser un antioxidante celular, retarda el envejecimiento de las células y en
consecuencia de la propia persona. Podríamos decir que el aceite es una
especie de elixir de la juventud.
6.3.
ACEITE Y SENTIDO DE LA VISTA
El aceite de oliva virgen extra también
aporta vitamina A, que es un buen protector de la vista.
6.4.
ACEITE Y MEDIO AMBIENTE
El aceite de oliva virgen extra se extrae
de la aceituna con procedimientos físicos y métodos de producción ecológica,
con una agresión mínima para el medio ambiente.
6.5.
ACEITE Y ADITIVOS
El aceite de oliva virgen extra es un
producto virgen, es decir, se pone a la venta sin ningún tipo de manipulación
ni transformación: es el producto natural obtenido de la trituración de las
aceitunas arbequinas, sin aditivo de ninguna clase (conservante, colorante o
agente químico).
6.6.
ACEITE Y DIETA
El aceite de oliva es un elemento
esencial de la tan apreciada dieta mediterránea.
6.7.
ACEITE EN CRUDO
Los buenos aceites de oliva son afrutados
y, por consiguiente, hacen más agradables los alimentos al paladar, a parte
de comunicar su excelente sabor a los alimentos en crudo y en las
salsas.
6.8.
ACEITE Y FRITOS
El aceite de oliva, en cocciones a
temperaturas altas, es el aceite que más resiste sin degradarse, hasta 290º,
manteniendo sus propiedades; forma, además, una película protectora exterior
y no penetra dentro del alimento, lo que permite que conserve todo el gusto
que le es propio.
6.9.
ACEITE Y VOLUMEN
El aceite de oliva, a diferencia de otros
aceites, aumenta de volumen cuando es sometido a temperaturas elevadas; esto
favorece que, a parte de no degradarse, sean necesarias cantidades
inferiores.
6.10.
ACEITE Y PRECIO
El precio del aceite de oliva virgen
extra es ligeramente superior caro que el de otros aceites. Aún así, este
aumento queda justificado con creces por el exquisito sabor que da a los
platos y los efectos beneficiosos sobre la salud. Cuando adquiera un producto,
debe comparar la relación precio-calidad.
6.11.
ACEITE Y CANTIDAD
El aceite de oliva, a causa del aumento
de volumen que experimenta, ofrece un gasto total de aceite que resulta
sobradamente equilibrado, ya que es necesaria una cantidad menor en todos los
casos.
6.12.
CÁNCER Y DIETA MEDITERRÁNEA
A. Papel del peso corporal
La obesidad es un factor de riesgo claro
para el cáncer de mama postmenopáusico, cáncer de próstata, endometrio y
vesícula biliar. Probablemente es también un factor de riesgo para el
carcinoma de células renales y carcinoma de cérvix. El mensaje de salud pública
es "evitar la obesidad y el sobrepeso". Esto se confirma mediante la
relación existente entre la obesidad y enfermedades como la cardiopatía,
diabetes, cálculos biliares, etc... Como se comentó en documentos
anteriores, la Dieta Mediterránea es aconsejable para la prevención de la
obesidad y de este modo para el cáncer relacionado con ésta.
B. Papel de la grasa de la dieta
Estudios de población demuestran que el
consumo total de grasa se asocia con el cáncer de diferentes localizaciones,
particularmente colon, mama, endometrio, ovario y próstata. Todas estas
neoplasias se relacionan con la dieta de tipo occidental y con un consumo
excesivo de energía. De todos modos, el mensaje de salud pública no está
claro, ya que estudios prospectivos en cáncer de mama no han demostrado
ninguna relación con el consumo de grasa total, y un estudio sobre cáncer gástrico
sugiere el efecto protector del consumo de grasa derivada de carne y derivados
lácticos, en el cáncer gástrico.
Estudios de correlación internacionales
sugieren que el tipo de grasa dietética es importante en la etiología del cáncer
relacionado con la grasa. El consumo de grasa animal per cápita se
correlaciona positivamente con los índices de mortalidad por cáncer de
colon, próstata, mama y ovario. La relación entre el consumo de grasa animal
y el riesgo de cáncer colorectal es particularmente fuerte. En contraste, los
índices de mortalidad por cáncer de colon son relativamente bajos en Grecia,
España y el sur de Italia, donde el consumo de grasa animal es bajo y el
aceite de Oliva es el tipo de grasa consumida más común. Hasta ahora, las
grasas y aceites vegetales se consideraban neutrales respecto al riesgo de cáncer.
Pero, análisis recientes sugieren que el aceite de oliva podría tener
efectos protectores contra el cáncer de diferentes localizaciones,
particularmente cáncer de mama. En estudios humanos el papel de los PUFA's de
la serie parece neutral respecto al riesgo de cáncer. De todos modos, el
papel de los PUFA parece menos claro cuando se realizan estudios animales. Se
han realizado investigaciones en animales que indican que los PUFA parecen
favorecer más el incremento de riesgo de cáncer que otros tipos de ácidos
grasos.
C. Papel de las proteínas
No hay evidencia que demuestre la relación
independiente entre el consumo de proteínas y el riesgo de cáncer.
D. Papel de los carbohidratos
complejos y la fibra dietética.
No está claro qué componente de los
carbohidratos complejos totales proporciona el efecto protector que se
observa. Los cereales parecen altamente protectores contra el cáncer de
colon, mama, endometrio y próstata. Se ha confirmado mediante un estudio
prospectivo el efecto protector de los alimentos ricos en fibra contra el cáncer
colorectal.
E. Papel de la fruta y los vegetales
La evidencia epidemiológica demuestra
que un alto consumo de fruta y vegetales, particularmente vegetales crudos,
protege contra el cáncer de diferente localización, especialmente los del
tracto digestivo y respiratorio y los cánceres relacionados con las hormonas.
Tienen una acción anticarcinogénica en una amplia gama de localizaciones y
no existe una correlación positiva entre el consumo de vegetales y fruta y cáncer.
Contienen una variedad de agentes anticarcinogénicos: carotenoides, vitamina
C y E, fibra dietética, selenio, glucosinolato, índoles, flavenoides,
inhibidores de proteasas y esteroles de plantas. Hasta ahora sólo se ha
demostrado la acción de las vitaminas antioxidantes y provitaminas en
estudios epidemiológicos en humanos. De todas formas, parece que no es sólo
un agente exclusivamente el que funciona como factor protector, sino que cada
uno de ellos posee un papel protector según las circunstancias.
F. Papel del aceite de oliva en el cáncer
Varios estudios epidemiológicos indican
que un consumo regular de aceite de oliva está inversamente relacionado con
el cáncer de diferente localización. La mayoría de estudios comentan la
relación entre el aceite de oliva y cáncer de mama o gástrico. A pesar de
que se necesitan más trabajos de investigación, la evidencia existente de
una manera consistente, aunque no concluyente, apoya el papel protector del
aceite de oliva en la prevención del cáncer de mama. El papel protector del
aceite de oliva en el cáncer gástrico es menos claro. La única conclusión
que se puede sacar en claro por el momento en relación con la prevención del
cáncer gástrico es que, el incremento en el consumo de fruta y vegetales,
parece ser favorable. A pesar de que existen descubrimientos que sugieren el
efecto protector del aceite de oliva en cánceres de otras localizaciones;
colon, endometrio, ovario, la evidencia es limitada, porque el número de
estudios es limitado, y sus resultados no pueden ser más que una aproximación
a un posible efecto. De todos modos, ningún estudio demostraría un efecto
del aceite de oliva como promotor tumoral.
G. Recomendaciones internacionales
para la prevención del cáncer
Existe un consenso general que
proporciona a la dieta un papel importante en la etiología del cáncer. La
evidencia científica deriva primordialmente de estudios epidemiológicos, así
como de experimentos animales e in vitro. De este modo, se sabe qué alimentos
o grupos de alimentos están más fuertemente relacionados con el riesgo de cáncer
que los nutrientes, y para determinados alimentos los resultados no son
persuasivos o consistentes. No existen estudios de intervención bien diseñados,
y estrictamente controlados en humanos que podrían apoyar con firmeza el
papel de alimentos aislados o nutrientes en la prevención del cáncer. Así
que la evidencia científica con recomendaciones detalladas para la prevención
del cáncer es limitada.
Varias autoridades sanitarias han
realizado recomendaciones dietéticas para la prevención del cáncer. La
pauta reciente de la American Cáncer Society consiste en 6 puntos:
- 1. Evitar la obesidad.
- 2. Rebajar el consumo total de grasa.
- 3. Incluir variedad de vegetales y
fruta en la dieta diaria.
- 4. Consumir más alimentos ricos en
fibra, como cereales en grano, vegetales y fruta.
- 5. Consumo limitado de bebidas alcohólicas.
- 6. Consumo limitado de alimentos
ahumados, salados y curados con nitratos.
El National Cancer Institute da
recomendaciones similares, pero sus directrices difieren de las del American
Cancer Society al especificar que los niveles del consumo de nutrientes en la
población general (grasas no superior al 30% del total de las calorías
totales y 20-30 gramos de fibra dietética diaria). Los Estados Unidos han
empezado a poner en práctica estas pautas mediante un programa nacional
llamado "5-a-day for better health programme", extendido a través
de supermercados, restaurantes, medios de comunicación, público e
investigación. Las recomendaciones son: consumir principalmente alimentos
vegetales, comer cinco o más piezas de fruta y vegetales al día, y además,
comer seis o más porciones de pan, cereales y fibra.
"Europ against Cancer", es un
programa de la Comisión Europea que plantea una serie de recomendaciones
sobre nutrición y dieta:
- 1. Incrementar el consumo diario de
fruta fresca y vegetales, así como de productos ricos en grano de fibra.
- 2. Evitar la obesidad, incrementar la
actividad física de un modo regular, y limitar el consumo de alimentos ricos
en grasa.
- 3. Reducir el consumo de alcohol.
Entre los resultados de la conferencia
WHO de Noviembre de 1996: "Nutrition in prevention and therapy of cancer",
como pauta general para reducir el riesgo de cáncer se comentó que la fruta,
vegetales y cereales integrales deberían ser los componentes principales de
la dieta diaria. Para contribuir a la reducción del riesgo de cáncer, se
debe evitar la obesidad, consumo elevado de alcohol, así como llevar a cabo
una actividad física regular. Además, se estableció que no existe ninguna
dieta con la cual se pueda curar el cáncer de colon, mama y pulmón.
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